martes, 9 de abril de 2013

Dubai: Zocos y mezquitas

Segundo día en el desierto. Viernes. Día sagrado musulmán. Hemos leído que el metro hoy no abre hasta la 1 del mediodía. Asín que decidimos ir a la zona de los zocos, que no pilla muy lejos, paseando. 
A priori, y según el mapa que tenemos, buscamos zoco de oro, zoco de especias, viejo zoco y zoco de perfumes. El caso es que durante el paseo hasta esa zona vemos que no sólo el metro cierra los viernes por la mañana. Salvo un KFC en el que desayunamos copiosamente, TODO está cerrado. En algunas tiendas pone que no abren hasta la 1, otras hasta las 3, las 4...

Llegamos al primer zoco, "Gold Souk" (Zoco del Oro). Como veréis, las calles que lo conforman están cubiertas por un bonito artesonado de madera. Dentro, joyerías. Muchas joyerías. Muchas cerradas. 

No compramos mucho oro, que luego la maleta pesa, es un lío todo...

Una corona/anillo con record Guinness adornaba este escaparate. Por lo que ponía en el cartel, era el más grande del mundo (claro), pesaba unos 62 kilos, tenía no sé cuántos kilos en oro, diamantes... hijos del mal.

Repusimos fuerzas en un pequeño local que encontramos escondido en una callejuela. En la puerta, carteles con zumos grandotes... no mentían. Sí, ambos eran míos. Un zumaco enorme de sandía, frío, recién exprimido, espectacular. Para completar la gula, un batido de chocolate, también helado, fabuloso. Si vuelvo a Dubai, iré ahí a hacer vida.

Tras salir del zoco de los adinerados buscamos los demás sin suerte. Acabamos en la ría de Dubai, a su comienzo. Muchas barcas atravesándolo, y pocos puentes. 1 diram para cruzar en barca. A por ello. 

Desde la barca se veían unas cúpulas prometedoras.

O si miras al otro lado, torres recién salidas del horno. Contrastes.

Ya en el otro lado, aunque no sé si tiene ese nombre, nos encontramos el "Zoco de las telas". Originales, lámparas tipo Aladdin. Pero realmente la mayoría de cosas que se ofertaban se parecían mucho a lo que puedes encontrar en India. Y claro, más caro. 

Esas lámparas también llamaban mucho, preciosas.

Pantalones, recuerdos, pañuelos, pashminas... ¡señor! ¡señor!, ¿de dónde es? Pase a mi tienda. Señor, señorita... ¡María!, ¡María!

Sí, tal cual. Con ese tipo de retahíla se te acercaban los comerciantes. Un poco pesados. Bastante. Cuando te oían hablar, intentaban acertar nuestra procedencia. Y efectivamente, alguno gritaba "¡María!" a mi acompañanta. Bastante precisos.

En medio del barullo.

María, triste porque las tiendas estaban cerradas. Aun así, molaban las entradas.

Seguía el paseo, viendo alguna mezquita por el camino, buscando el Fuerte y Museo de Dubai.


¡Vamos infieles!, ¡Todos a rezar!

De manera fortuita nos metimos en una especie de mini-poblado. Precioso, "muy árabe", bien cuidado. Faltaba Abú corriendo por encima de los tejados.

Un servidor, en dichos recovecos.

Al acabar de callejear, una nueva mezquita. Era hora de oración, muy buen ambiente.


Finalmente encontramos el museo. Cerrado. Esa puerta, bonita oye, fue todo lo que vimos.

Tras otro enorme paseo, encontramos un único local abierto para comer algo. ¿Qué me pedí? Pues lo que más árabe me sonaba de la carta. Falafel y humus. El falafel son las bolas oscuras esas. Dentro, algunas verduras o algo así, pero seco, un sabor no muy celestial. El humus, el puré ese blancuzco con aceite por encima. Puré de garbanzos con limón suele ser. Lo había probado poco antes en India, y estaba MUCHO más rico. Pero oyes, había que llenar el estómago, mucho caminar.

En después, fuimos a buscar la Gran Mezquita de Jumeirah. En nuestro mapa, aparecía dibujada al lado del Museo de Dubai. Tras andar y preguntar, acabamos cogiendo un taxi para ir. Los 10-15 kilómetros fueron un hecho. Quiero conocer al genio que hizo el mapa. Por felicitarle.

He aquí la citada mezquita. Cerrada, ¡cómo no!, pero bien mona por los afueras. El mendas, luciendo su recién adquirido pañuelo/pashmina/bufanda_un_poco_gay_pero_bien_mona.

Como detalle, fijaros que en los minaretes hay unos cuantos altavoces, para llamar a los fieles a la oración. Potentes ¡eh!

¡Ah! Y esto es una parada de metro.

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