Un cumpleaños en India ya tiene pinta de inolvidable de por sí. Pero si además le unes una boda-despedida, va ganando enteros. Si es de dos de las personas más queridas del grupo, y a las que me he sentido muy orgulloso de conocer, mejor aun.
A modo sorpresa, todos vestidos de indios: los chicos con "kurta", las chicas con "saree". Invitados a la boda. Una pseudo-ceremonia oficiada por Nayan y Purvi (indios, claro, las cosas se hacen bien o se hacen más tarde), alargada hasta las tantas de la noche. La fiesta posterior, no la ceremonia. Vaya coñazo sino. Anda que... qué cosas tenéis.
Como veis, no escatimamos en los detalles:
Sí, un rickshaw decorado esperándoles en la puerta.
Ahí van los valientes.
Por supuesto, no puede faltar en una boda... (la tortilla de la izquierda, de un menda, receta de mi papi).
Invitados esperando el comienzo de la ceremonia.
Emotiva, a la par que elegante.
(Izq-Drcha) Miguel, Mitxel, Mari, Sarah, Eli, Marta, Jan, Jon, Iñigo, Esther, un crack, Chris, Esti, Alex, Dina, Tiago, Charlie...
Lo de salir de fiesta unos pocos amigos íntimos no va con nosotros.
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