¿Nos habíamos quedado comiendo, verdad? Sigamos.
Detalles a recordar. Una paloma caga encima de Matteo. Nos dijo nuestro querido guía hispano-hablante que eso dá muy buena suerte. Claro, la cara de Matteo no mejoró aprendiendo eso...
Antes de seguir con nuestro paseo, había que hacer la primera compra. No sin antes recorrernos 4 o 5 cajeros, dado que ninguno funcionaba. Finalmente, en uno me dio dinero, sólo a mí que tenía VISA, las Mastercard de mis colegas, nanai.
Aquí vemos un poste de la luz... sí, eso no es de coña. Vamos, sí, es de coña. Pero en serio.
Realmente flipante... vale, había cortes de luz a menudo, por las noches la mayoría de las calles estaban sin iluminar... pero lo que no me cabe en la cabeza es como ¡hay veces que funciona!
Y no es sólo un poste específico que vimos y sacamos la foto... es así por toda la ciudad.
Una estatua de la diosa Europa.
Aquí un Árbol Bodhi. Un poquito más grande que el de Lisa.
Las tallas en madera se repetían por toda la ciudad, siempre espectaculares.
Esta ampliadla para verla mejor.
Tras la ruta, llegamos a Durbar Square. Hay una Durbar Square en las 3 ciudades principales del valle: Kathmandu, Patan y Bhaktapur (visitamos todas ellas). Templos y turistas te rodean por igual. A la entrada de la plaza, un puestecito de entradas. Paran a los guiris como nosotros, y te cobran unos elegantes 5, 7, 10 euros... depende de la plaza. Para conservación.
Al entrar, Jennifer no quería pagar ese dinero para entrar, así que quedamos donde el puesto. A los 15 segundos de estar dentro, la donostiarra estaba con nosotros, habiéndose colado por otra calle... no era complicado.
Aun así, si de verdad se usa para conservación de un lugar como ese, no me duele nada haberlo pagado.
A la noche, "Everest Steak House". Un restaurante que vimos recomendado por internet, especializado en carnes. Las raciones, bien generosas, como denota mi expresión. Lo mío era un "filet mignon". No nos quedamos con hambre no.
Detalles a recordar. Una paloma caga encima de Matteo. Nos dijo nuestro querido guía hispano-hablante que eso dá muy buena suerte. Claro, la cara de Matteo no mejoró aprendiendo eso...
Antes de seguir con nuestro paseo, había que hacer la primera compra. No sin antes recorrernos 4 o 5 cajeros, dado que ninguno funcionaba. Finalmente, en uno me dio dinero, sólo a mí que tenía VISA, las Mastercard de mis colegas, nanai.
Vaya par de patas pa' un banco:
Elegantes.
Retomamos el paseo ya bien equipados contra el frío.
Os enseño algunos de los templos/calles/varios que fuimos encontrando por el camino:
Aquí vemos un poste de la luz... sí, eso no es de coña. Vamos, sí, es de coña. Pero en serio.
Realmente flipante... vale, había cortes de luz a menudo, por las noches la mayoría de las calles estaban sin iluminar... pero lo que no me cabe en la cabeza es como ¡hay veces que funciona!
Y no es sólo un poste específico que vimos y sacamos la foto... es así por toda la ciudad.
Una estatua de la diosa Europa.
Aquí un Árbol Bodhi. Un poquito más grande que el de Lisa.
Las tallas en madera se repetían por toda la ciudad, siempre espectaculares.
Esta ampliadla para verla mejor.
Tras la ruta, llegamos a Durbar Square. Hay una Durbar Square en las 3 ciudades principales del valle: Kathmandu, Patan y Bhaktapur (visitamos todas ellas). Templos y turistas te rodean por igual. A la entrada de la plaza, un puestecito de entradas. Paran a los guiris como nosotros, y te cobran unos elegantes 5, 7, 10 euros... depende de la plaza. Para conservación.
Al entrar, Jennifer no quería pagar ese dinero para entrar, así que quedamos donde el puesto. A los 15 segundos de estar dentro, la donostiarra estaba con nosotros, habiéndose colado por otra calle... no era complicado.
Aun así, si de verdad se usa para conservación de un lugar como ese, no me duele nada haberlo pagado.
De muestra un botón. Hice 810 fotos en 3 días... escoger de tantas es de locos. Flickr irá albergando las más bonitas que vaya recuperando.
Dentro de la plaza, vimos el palacio de Kumari Ghal que ya os he explicado, donde la niña-diosa. También entramos en un museo. Estaban a punto de cerrar, así que nos metían prisa, y lo vimos casi corriendo. Curioso de todas formas. Fotos, retratos, pertenencias del rey (qué feo era mi primo), ministros, familia real...
En otro de los templos que entramos, el italiano y yo subimos 9 pisos de escaleras, a cual más empinada y menos confiable, para llegar a unas bonitas vistas de la ciudad:
Luego aprovechamos para meditar sobre el sentido de la vida... (vamos, o para descansar de la escalada, llámalo X):
Camino de vuelta, pasando por algunas tiendas, haciendo algunas comprillas.
Aquí me veis eligiendo postales en una tienda sin electricidad, a la luz de la linterna de mi móvil:
Aquí... la foto habla por sí misma:
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