jueves, 27 de diciembre de 2012

Kathmandu: ¡Comienza el viaje!

Por fin llegaba el día. Tras unas horas eufórico en la oficina, volvía a casa para coger la mochila y emprender el tan esperado viaje.

Por delante, 3/4 horas de coche, 2 de vuelo, 6 de espera, 2 de vuelo... 

Empezó llegando bastante puntual el taxi (empezamos con sorpresas). Casi una hora para salir de la ciudad, un tráfico espectacular. Una vez en la ""autovía"" (véanse las comillas) la cosa mejoraba al menos. 


Esta foto es de una parada a por gasolina. Realmente es chocante la imagen lo sé. Sí, no es un espejismo, ¡es una papelera! Ver para creer.


Ya llegando a Mumbai, el tráfico volvía a empeorar. Nuestro tiempo de margen empezaba a desaparecer. Igual tardamos 45 minutos en atravesar una calle de 200 metros, desesperante. El conductor nos ponía las cosas cada vez peor con el horario, y al cabo de un rato, decidió pasar a la acción.
¿Habéis jugado alguna vez al Need for Speed? Bien, ese fue el concepto. Una vez salidos de al retención, comenzó la carrera. Esquivando motos, coches, personas, rickshaws... con una precisión ciertamente sorprendente, y una velocidad poco recomendada. Los huevos, haciendo compañía a la nuez. No grabé un video por miedo a soltarme del agarrador. Sigo sin tener claro porqué seguimos vivos.

El caso es que, tras jugarnos la vida, llegamos a una hora decente. Nos dejó en la puerta de la terminal. Había una cola enorme para pasar dentro. Un hombrecillo, nos dijo que nos colaba por un bonito soborno. Accedimos. 500 rupias. Al llegar a la puerta, nos dicen que nuestro vuelo no es ahí (terminal internacional) sino que es en la terminal doméstica, que tenemos que coger un taxi para ir (porque no, las terminales no están juntas). Corriendo a parar a otro taxi, y rumbo a la otra terminal... ahora ya viendo clara la posibilidad de perder el vuelo. Tras casi media hora, llegamos al lugar adecuado.

A tiempo.
Empieza divertida la aventura.

Vuelo sin complicaciones, y nos plantamos en el aeropuerto de Delhi, donde nos esperan unas 6 horas y media.
En la foto, el aeropuerto de Delhi:


Nada más llegar, vemos las típicas pantallas con información sobre los vuelos. Resaltar que no son aun las 2 de la mañana, y nuestro vuelo estaba marcado a las 7:30. ¡Pues en las pantallas ya dan como retrasado nuestro vuelo! Hora estimada, 8:15. Paciencia hermanos.
Tras discutir con algún guardia, logramos llegar a una "sala de espera" del aeropuerto, con algún asiento medianamente cómodo, y a ver pasar el tiempo.

En la siguiente foto vemos a un servidor hablando por Skype con sus queridos padres. Aceptaré comentarios y críticas sobre... vaya, la imagen habla por sí misma.


Tras hora y pico de parlada, conseguimos asientos cómodos. Había algunos medio tumbados, medianamente aceptables. Dormimos un rato. Vas echando la noche.

Un segundo vuelo a la vista, este de aproximadamente hora y media. Al acercarnos a Kathmandu, veo esto desde el avión:


El aeropuerto de Tribhuvan, pequeñito, más viejo... accesible. 
El cartel con que os obsequio ahora, una delicia para los sentidos:


1 comentario:

  1. Te diría que vaya viaje, que vaya experiencia que vaya vaya aquí no hay playa. Pero la verdad, desde que Ryanair llegó a nuestras vidas, todo lo que no sea acabar fumando un cigarro de esos de vapor en alguien que no ha fumado nunca, nada me sorprende.

    Un abrazo Jorge !

    Chipi

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