sábado, 20 de octubre de 2012

¡Una de viajes!

Bilbao-Frankfurt 

El vuelo más convencional como era de esperar. Dos horitas, sin retrasos, con un snack a mitad vuelo… 

Frankfurt-Mumbai

Tras 4 horas en el aeropuerto de Frankfurt (enorme, por cierto), comienzo a meterme en ambiente al acercarme a la puerta de embarque. Cómo no, ya estoy rodeado de indios. Muchos con poca paciencia que querían avanzar en las colas como si no hubiera un mañana. El primer dato curioso llega cuando me siento en el avión. A mi lado, una pareja de unos 30 años, indios, con un bebé de 1 año o así, adorable. Se gira el chico, y me dice "¿tú eres español, no?". Y no, no lo he traducido, eso fue lo que me dijo. Resulta que venían de Madrid, que llevan algunos años viviendo allí, e incluso el niño es español al haber nacido allí. Será por indios.
Por otra parte, sobre el avión, mención especial a esas pantallas táctiles que decoran todos y cada uno de los asientos. Unas 40 películas distintas en varios idiomas y una calidad envidiable, música para todos los gustos, juegos, información curiosa… Así se vuelan 8 horas y las que hagan falta. Cayeron "El Increíble Spiderman" y "Men in Black 3" (vaya sí, tampoco quería yo pensar mucho).
Finalmente, un buen rato esperando a la maleta, que nos ha salido tímida y no aparecía por la cinta, sello en el pasaporte, y a por el último trayecto…

Ay, el último trayecto…


Mumbai-Pune


Con este cartel me esperaban las autorida… el conductor vaya. Lo primero que me dice, que hay no sé qué problema con el dinero, que si he podido ya cambiar algo a Rupias (hábil yo, ya lo había hecho). Me dice que le espere que va a por el coche. En los 3/4 minutos que tarda en llegar, casi me ahogo del calor. Nos situamos, 2:35 de la mañana. El viaje comienza. Las carreteras, tanto en el propio Mumbai, al salir del aeropuerto, como durante todo el trayecto, son como poco lamentables. Echo de menos los badenes que pueblan el parking del Carrefour o la Flecha, por ejemplo, para que os hagáis una idea. Carreteras enormes, cuyo ancho permitirían unos 3/4 carriles normalmente en España (aquí raramente hay carriles pintados en el suelo), únicamente permiten medias de 60/80 km/h por la calidad del suelo. Y, por la forma de "conducir". Nada más salir del aeropuerto nos encontramos un autobús urbano dando la vuelta en medio de una calle, y coches intentando adelantarle por cualquier lado. Buen aperitivo. Adelantamientos por la derecha, por la izquierda, entre dos coches, entre coche y rickshaw (los típicos vehículos de 3 ruedas), entre 4 motos… ah, y por las noches circulan los camiones, que también adelantan cuando y por donde quieren. Aún no he logrado comprender el sentido del uso de la bocina. Es prácticamente continuo. Cuando adelantan, cuando piden a otro que se aparte, cuando pasan por cruces, a veces sin motivo alguno… ahora mismo estoy en casa y no dejo de oír bocinas de la calle de al lado, es bastante cansino, siendo finos. Otro detalle que no llegué a comprender en todo el viaje es el uso de las luces. Mi conductor se pasaba el camino cambiando las luces, de largas, a cortas, a ningunas… entre unas cosas y otras estaba entretenido el amigo. Os preguntaréis que cómo no le pregunté más detalles al conductor sobre las costumbres al volante, pero su mediocre inglés, sumado a su acento, a que no supiera lo que es "Spain"… cosejas que me quitaron las ganas de pedir muchas explicaciones complicadas. 
Otras de las costumbres del conductor, que tampoco ayudaron a que hiciera preguntas, fueron ir bostezando cada nada con más sueño que yo, o sacar una bolsita con algo dentro un poco sospechoso que se llevo a la boca. Mientras estuvo un rato con la bolsita de la mano ya me lo imaginaba liándose un porro o algo así. Y aún así, donde el amigo se llevó la palma fue cuando, hacia el final del trayecto y con el sueño acechando, empezó a darle a la CocaCola. ¿Qué tiene la CocaCola? Gas. ¿Qué produce el gas? …



Pues de esos le contabilicé 7 si no recuerdo mal. Sin cortarse un pelo, bien sonoros, boca abierta para buena resonancia. Eso sí, luego estornudaba y ¡pedía perdón! 
Ya para terminar, descubrir la enormidad de Pune, ya que igual estuvimos más de tres cuartos de hora hasta llegar a mi calle, atravesando ciudad (claro, 45 minutos sin parar ni una vez por falta de semáforos, son un recorrido importante). Y también descubrir la cabezonería de mi chófer. Mi apartamento es una casita escondida entre plantas, apenas visible desde la calle, y las indicaciones tampoco son las mejores si no lo conoces. Tras varias vueltas y preguntar a varias personas, pasamos por la verja de entrada, la cual recordaba de una de las fotos que me mandaron, y le comenté que tenía que ser ahí. Lejos de hacerme caso, siguió dando vueltas y preguntando de nuevo. Le decía que tenía que ser ahí, que me dejara bajar a probar, ya que tenía las llaves… caso omiso, a seguir circulando. Igual estuvimos media hora así, hasta que finalmente le convencí enseñándole otra foto y ubicando un arco que había cerca y demás… Recapitulando, salimos del aeropuerto a eso de las 2:45. Tras unos 180 kms, llegamos a mi nuevo hogar temporal a las 6:00. 

A las 9:00 venía mi casera a que firmara unos papeles, pero eso será otra historia.

4 comentarios:

  1. Cuéntanos más cosaaaaaaaaas.
    Se te echa mucho mucho de menos!
    Eva

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  2. JAjaja, va a ser muy grande este blog.

    Espero que estés bien, y aprendiendo, que es lo importante.

    Cuídate.

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  3. se ve que va bien el viaje, ya tengo ganas de leer mas cosillas

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  4. Ala, venga, no seas vago, déjate de tanta fiesta y sigue contándonos! Mua!
    Marta

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