jueves, 2 de mayo de 2013

Último viaje: Varanasi

Comenzaba mi última escapada. Vuelo Pune-Delhi, el viernes a la noche. Un viaje, cuanto menos, movidillo. Llegada a Delhi hacia las 21:00. A casa a dejar las cosas, y salida de fiesta con Zuriñe, mi compi, y demás colegas que tiene por la capital. 

Vuelo Delhi-Varanasi el sábado a las 8:35. Sí, efectivamente, por qué no. ¡De empalmada!
Claro, en el aeropuerto hizo falta desayunar como desayunan los campeones. Pollo frito con patatas:

Que, por cierto. Ese día, en el KFC (Kentucky Fried Chicken, "Pollo Frito de Kentucky"), tuve un momento memorable. Acabáis de leer bien el nombre del establecimiento. No se os olvide. Llego al "dependiente", le pido un menu de 3 piezas de pollo con Fanta y patatas. Respuesta del chaval: "We don't have chicken".

Sí, efectivamente, en el KFC me dijeron "no tenemos pollo", literalmente.
Tras el trance, logré que me explicara que no tenían trozos de los "normales", sólo picantes, o con curry... (¿por qué no había de los normales?, ya tanto no quise indagar, es peligroso).

Nuestro hotel, un pequeño negocio familiar perdido entre los callejones de Varanasi. Un verdadero laberinto por el que dimos vueltas, preguntando a todos los guardias que vimos. En casa esquina había al menos uno o dos policías con armas enormes... 
El caso que llegamos. Estaban acabando de reformar y pintar, muy colorido y alegre. Dos pequeñas habitaciones individuales, una cama, y punto. Suficiente.

Éte ahí, un pucelano admirando por primera vez el Ganges y las vistas de Varanasi desde la orilla.

Pasando calor.


Nunca faltan las vacas y búfalos por la ciudad.

Los valientes capturados por unos portugueses que andaban por allí. Espectacular el paseo. Único.

Como única es esta vista. Piras funerarias encendidas con cuerpos al fuego. Montones y montones de madera acumulados para tal fin. Basura, basura y más basura. Todo al río.

Dándose el baño mañanero. Mucha gente llevaba jabón y todo.



Seguramente el mejor momento del viaje, el paseo en barca por el Ganges. Aquí nuestro timonel, arrancando la motora. Digo...

Zuri poniendo morritos, elegante.

Conste que no estaba posando, sino mirando a las piras funerarias de la orilla.

Una decepción el agua del Ganges. Mucho tirar restos de cadáveres y basura y residuos de todo tipo... pero luego ni se me cayeron los dedos, ni me salieron ojos en las uñas ni ná. 

Capturando a la fotógrafa. No me cansaré de decirlo. Eres una artista con la cámara.

Más alegres bañistas

Esa puertecica a mi izquierda es la entrada de nuestro "hotel". Callejuelas estrechas. En esta foto limpias, no hacen justicia. El domingo amaneció lloviendo. Imaginaros caminar por calles de estas anchuras, suelo mojado, mezclado con la basura, tierra, y mierdas de vacas (muchas, sí, muchas). ¡Y mucha gente iba descalza! 
PD. Segundos después de esta foto, la vaca dio un respingo intentando que me alejara. No me dio un cabezazo por poco. Hija del mal.

Al anochecer pudimos asistir a una celebración hinduísta. Una pooja (pronunciado "púya"). Como veis, tanto locales como visitantes abarrotaban la zona. Aguantamos solo un rato, un ritual muy largo y repetitivo, demasiado.

En general... un sitio que merece la pena visitar. Un par de días, bien. El agobio de los laberintos, las zonas de tiendas (totalmente abarrotadas de gente, motos, bicis, vacas) era bastante duro. 
El Ganges, diría que "tiene algo". Un sitio especial sin duda, que a nadie deja indiferente. Aun así, hay que ir mentalizado, o puedes huir corriendo.

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