Vida del currante

Me he dado cuenta de que no os he enseñado debidamente mi lugar de trabajo. Dado que paso unas 9 horas al día aquí, creo que no tengo excusa.

Antes de nada, un poco de publicidad de mi empresa (tengo que mandarles el link de este post a los jefes, a ver si me ascienden o algo):

Aquí tenemos a la plantilla (casi completa) de Indolink. Sí, lo podéis decir. Molamos :-D

Ahora empezaremos con algunas capturas en la propia oficina:

Esto ves según entras. Al fondo están los despachos, y mi puesto entre otros.

Aquí vemos a mis compañeros trabajando. De izquierda a derecha: Swapnali, Óscar (cliente nuestro que estaba aquí ese día), Makarand, Kiran, Sachin, Santosh.

Aquí estoy yo haciendo como que trabajo. Cuela, ¡eh!

Hace un par de semanas tuve que dar una clase/presentación para explicar a mis compañeros cómo funciona la nueva base de datos que estamos empezando a usar en la empresa. 

Ahí tenéis al profe de moda en Pune.

Resolviendo las dudas del jefe.

Parece que les interesa y todo.

Por último, otra parte esencial. La cantina. Más de 3 meses ya, he logrado a esperar con ganas que llegue la hora de comer. ¿Es porque me gusta?, ¿es simplemente por hambre? Nunca lo sabremos, el caso es que no dejo ni un rastro en el plato.

Esas paredes de la derecha eran rojas hace no mucho tiempo. Pero rojas fuertes, ¡eh!

Mesa VIP, con los jefes y expatriados varios.

Como veis, se respira muy buen ambiente.

Qué labia tiene Kiran, ¡le encanta contar historias!, un salao'.

No, no me preguntéis qué era, no lo recuerdo. Pero todo lo que nos dan a probar suele estar bueno (siempre y cuando te gusten los picantes, presentes en el 95% de los platos).

Acabamos ese día con una tarta que llevamos Zuriñe y yo. Tarta de Ferrero Roche... simplemente impresionante. Por supuesto, con las manazas.